01 julio 2006

Funesto día

Si Shakespeare viviera y fuese argentino seguramente hoy repetiría esa frase sin cesar. Pero tuvo suerte, ni vive, ni es argentino, por ende no tiene atravesada en el alma, cual estocada final, una amargura sin igual, una bronca explosiva y una impotencia injustamente otorgada. No tuvo que esperar 4 años para ver de nuevo a su selección defender con honor los colores que corren por sus venas. Tampoco perdió súbitamente el sueño de levantar la copa añorada. Mucho menos se ahogó en su propio llanto porque las reglas del mundo cambiaron. Tal vez siempre fueron así y algunos pocos seguimos viviendo utopías donde la verdad y la justicia son reales y no meras palabras lanzadas al viento por quienes las usan de forma marketinera. Quizas el confundido sea yo, sí, puede ser, capaz que el fútbol en el que creo no existe, eso de jugar por amor a la camiseta y dejar todo en la cancha está fuera de moda, no vende o simplemente no es fácil de conseguir. Si es así, entonces ahora entiendo porque una selección que jugó al futbol perdió injustamente contra otra que jugó a la pelota, entiendo porque el dinero hace girar al mundo como así también lo hace con la balanza moral de un arbitro totalmente localista y seguramente bien pago. No nos quedemos con eso de que las infracciones mal cobradas o "no vistas", más allá del penal a Maxi Rodriguez, no tuvieron relevancia en el resultado del partido, porque cada jugada injusta desgasta la moral de un equipo con intenciones claramente ofensivas, una selección que buscaba, que metía y que era correspondida con imparcialidad. En sumatoria, estas injusticias sí influyen en desnivelar la cancha hacia un solo lado.
Entre tanta tristeza y a medida que la bronca se disipa, en mi corazón florece el orgullo de poder decir que la selección dejó todo en la cancha y sólo perdió ante la mala fortuna de los 12 pasos y el silbato de un hombre que vendió su alma al mejor postor y manchó la pelota.
Si Shakespeare viviera y fuese argentino, estaría orgulloso, como yo, por los jugadores de su selección que alguna vez juraron con gloria morir y hoy lo cumplieron hasta el final...




Sin palabras...

2 comentarios:

Fabi dijo...

Amigo Martín, tu relato es emocionante, no sólo por lo que decís sino porque hay grandes verdades que muchos compartimos ahí, sobre todo el tema de la cancha inclinada...
Pero acordate, Sudáfrica está a 4 años y a la vuelta de la esquina, y en el 2010 vos y yo vamos a estar ahí alentando a muchos de estos muchachos y otros que hoy no están pero surgirán y la romperán!
Sos un grande y sos un amigazo. Vamos Argentina, hoy tenemos que estar orgullosos! Tenemos un técnico y 23 jugadores de puta madre. :)

Anónimo dijo...

Hola...
Gracias x tu comentario en mi página.
Tu blog está muy bueno tb...y siento igual que vos...Me gusta mucho el futbol (y todos los deportes).
Bueno, te agregué a favoritos, así puedo leer algo mucho más interesante que el diario todas las mañanas.
Cariños.
Agus
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