03 septiembre 2006

Aplaudan de pie...

Sin duda que mis manos arden de chocar sucesivamente entre ellas, más no quiero detenerlas. Y si mis mejillas las siento húmedas debe ser porque mis ojos son cataratas de tristeza, y por qué no, también de alegría. Dirán que estoy loco, y lo afirmaré sin dudarlo. Dirán que no se puede tener ambos sentimientos paralelos, eso lo refutaré a gritos.

"Hubo una vez un tenista que fue más grande que el propio tenis" dirán las hojas que alguna vez leerán mis hijos o nietos.
En los anales de la historia habrá un capítulo para él solo, tan largo, tan extenso como los aplausos que cosecho durante su carrera y los que recibirá en la calle, de su público que lo ama.

Detrás de la línea blanca guapeó hasta a los que lo superaban por más de un centenar de puntos. Y luego de perfeccionar su juego y carisma hasta niveles "mágicos", logró lo que hacía mucho que merecía, ser el número 1 del ranking mundial. Vislumbró con su juego a cada ser que tuvo la suerte de verlo pisar una cancha de tenis. No importaba la superficie. Ni el polvo de ladrillo, ni el césped, y mucho menos su "natal" carpeta, fueron trabas para que el hombre se convirtiera en leyenda.
De todos los tenistas recibió respeto y admiración. Es más, mientras muchos de ellos crecen sueñan con ser como él algún día. Aunque sea una millonésima parte como él. Porque con su devolución, la verde y pequeña esfera viajaba acompañada de su alma. Porque en cada corrida jugaba apuestas con el viento. Porque en cada pegada su raqueta hacía temblar estadios y corazones.

Hoy jugó su último partido profesional éste monstruo del tenis, ésta leyenda viviente. De ahora en más, los que apreciamos el buen tenis nos conformaremos con recordar viejas épocas. Recordar lo que significó Andre Agassi para el tenis y el tenis para Agassi. Aunque me atrevería a decir que ambos vocablos significan lo mismo.

Ahí se va el hombre cuya leyenda lo precede. El estadio se pone de pie, aplaude y lo celebra, aplaude y lo llora. No estoy tan cerca pero hago lo mismo. Mis manos se sonrojan y mis mejillas se humedecen. Sentimientos paralelos, tristeza y alegría. No lo digo yo, lo grita mi corazón.

Andre Agassi, gracias por todo...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

estoy muy mal y apelo a tu generosidad y espacio porque yo no tengo ninguno. espero que me entiendas necesito que sea reconocido de alguna manera, un lugar donde todos podamos verlo y dale nuestros respetos y rendirle un sentido homenaje((Steve Irwin))
nunca te olvidaremos!! :(

Anónimo dijo...

cheeee... casi me pongo a llorar con todo lo que escribiste, se me puso la piel de gallina!!!

la verdad que sos todo un poeta, la verdad mis felicitaciones sr, por como escribe!!!

le dejo un beso!!
take it easy!!