Siento, luego existo...

Algunas personas creen que pensar es existir,
que razonar es lo que hace libres a los hombres.
Pero hay días que daría mi libertad por un instante de paz,
regalaría mis pensamientos, los borraría si pudiese.
Si tan solo pudiera parar el motor que domina mis actos.

Un día de esos sería feliz.

Pensamientos, ideas,
esos pequeños mundos contenidos dentro de una galaxia aún más grande.
Mundos que se agigantan, colapsan y vuelven a nacer;
a veces de la nada,
otras con causa razonablemente justificada,
por mi parte las menos.

Por qué tratar de conectar todo?
Buscar la relación entre todas las cosas,
cada acción, cada palabra, cada sentimiento,
Como si todo siempre tuviera que cerrar para existir,
como si existir se tratará de eso,
razonar, no sentir.

Por qué hacerle caso siempre?
Por qué seguir usando las frías intenciones
de una máquina nétamente calculadora?
Por qué no darle oportunidad al corazón?
Dejarse llevar por el sentimiento,
el camino que no tiene indicaciones,
el libro sin índice ni número de páginas,
aunque no sea lo "correcto",
aunque termine doliendo más de la cuenta.

Alguna vez quisiera no preguntar cuánta humedad flota en el aire,
qué tan nublado está el día,
cuánto calor hace.
Alguna vez quisiera sentir cada gota de lluvia en la piel,
que el sol me queme sin protección y refleje mi tibia sombra,
que no me importen las consecuencias.

Quisiera dejar de pensar un instante,
perder la libertad otorgada,
ser efímero vagabundo en el mundo pensante,
reservar toda mi energía en el pecho,
dejar fluir el torrente de emociones,
no existir,
permitirme sentir.

Sólo eso me pido, darle la razón al sentimiento...